TEXTOS DE LA PUNTADA CON HILO DE LOS AÑOS 90 Y OTROS TEXTOS DISPOBLES SOBRE FEMINISMOS Y DE FEMINISTAS

martes, 13 de octubre de 2015

PERSECUCIÓN CONTRA FEMINISTAS EN SEVILLA... ¡OREMOS HERMANAS AL SAGRADO COÑO INSUMISO!

Procesión del 'Coño Insumiso' en Sevilla.
La juez ordena identificar a las feministas que sacaron en procesión el ‘Santísimo Coño Insumiso’
X Laura León/Andaluces Diario/Septiembre 2015
La juez de Instrucción número 10 de Sevilla ha librado oficio a la Policía para que identifique a las mujeres que portaban en andas “una vagina de plástico de un par de metros de altura a modo de Virgen” en la manifestación del 1 de mayo de 2014 convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT), hechos por los que hay imputados dos dirigentes del sindicato por un delito contra los sentimientos religiosos.
Fuentes del caso han informado a Europa Press de que la instructora ha tomado esta decisión después de que el secretario general de la CGT en Sevilla, Miguel Sevillano, señalara en su declaración como imputado de la pasada semana que, en el marco de la manifestación celebrada el 1 de mayo por el Día del Trabajo, otros grupos se unieron a la misma, entre ellos uno feminista, con el que la CGT “no tiene nada que ver”.

NO HABÍA SIMBOLOS RELIGIOSOS
Al hilo de ello, Miguel Sevillano puso de manifiesto que, cuando este grupo feminista se unió a la manifestación, considera que “lo que llevaban no simulaba un paso de Semana Santa ni ningún símbolo religioso”, no obstante lo cual quiso dejar claro que él “no tuvo nada que ver en su creación”.
De este modo, la juez ha pedido a la Policía que identifique a las mujeres que portaban dicha vagina de plástico en base al vídeo que consta a tal efecto, en el cual algunas de estas mujeres portan mantilla y llevan el rostro descubierto, mientras otras sí tienen la cara cubierta por capirotes de nazareno.
En esta causa permanecen imputados tanto el secretario general de la CGT en Sevilla como el secretario de Organización de la CGT en Andalucía, Félix Cervera, contra quienes la Asociación de Abogados Cristianos se querelló por un delito contra los sentimientos religiosos en concurso con un delito de provocación a la discriminación, al odio y a la violencia por motivos referentes a la religión o creencias.
En la querella, consultada por Europa Press, dicha asociación relata que los hechos ocurrieron el día 10 de abril de 2014, cuando miembros del sindicato “convocaron, organizaron y realizaron” una manifestación titulada ‘Procesión del santísimo coño insumiso’ y del ‘santo entierro de los derechos socio-laborales’, que partió de la sede de la CGT en Sevilla.
Ya el 1 de mayo de 2014, se convocó nuevamente por la CGT una manifestación “semejante a la anterior”, indica la asociación, que añade que, en dichas manifestaciones, “se recreaban procesiones de Semana Santa, escenificadas en tono de burla”, todo ello “a ritmo de tamborada y presidida por el ‘paso’ de una vagina de plástico de un par de metros de altura a modo de Virgen, portada en andas”.

NIEGA “INSULTOS, DESPRECIOS O HUMILLACIONES”
Miguel Sevillano dijo, respecto a la manifestación del 10 de abril, que su fin “era la defensa de los derechos laborales y denuncia de un despido por discriminación por cuestión de género”, precisando que la manifestación concluyó en Plaza de Armas, “que es donde trabajaba la compañera despedida”, cuyo despido “fue declarado nulo” posteriormente.
De este modo, aseveró que “no se realizó ninguna frase ni actuación que conllevara insultos, desprecios o humillaciones”.
En relación a la manifestación del 1 de mayo, explicó que la misma estaba autorizada y se realizó por ser el Día del Trabajo, añadiendo que, en determinados momentos de su desarrollo, otros grupos se unieron a la misma, entre ellos uno feminista, con el que la CGT “no tiene nada que ver”.
El imputado, asimismo, aseveró que su sindicato “no realizó ninguna actividad que aludiera a símbolos religiosos” y tampoco “se produjo ningún insulto ni menosprecio hacia la Iglesia católica”, pues la CGT estuvo centrada “en la cuestión laboral”.

LA DEFENSA, ‘ASOMBRADA’
Luis de los Santos, abogado de los imputados perteneciente a la cooperativa Jarsia, ya expresó a Europa Press su “asombro” por “la utilización banal y basada en intereses políticos predemocráticos del derecho penal” por parte de la Asociación de Abogados Cristianos, y anunció que solicitará el archivo de las actuaciones, ya que, en base a las declaraciones, considera probado “que no hay delito alguno, al ser una manifestación alejada de cualquier cariz religioso”.
El letrado lamentó que “se intente engañar” a la opinión pública y a la ciudadanía en una ciudad “en la que la religiosidad popular está tan arraigada”, aseverando que este asunto “no tiene nada que ver con la religión”, de manera que “se intenta a través del Código penal criminalizar la libertad sindical y la de expresión”.


Fuente: Andaluces Diario

sábado, 3 de octubre de 2015

JESSIE TARBOX BEALS, LA PRIMERA FOTOPERIODISTA

Fue la primera mujer fotoperiodista de América, y murió sola, indigente y olvidada por la historia
La afilada curiosidad social de una auténtica pionera
Cada vez que como mujer disparas una foto, cada vez que retratas tu entorno o fijas con tu cámara la realidad social que se respira en las calles, estás un poco en deuda con Jessie Tarbox Beals. Ella fue la primera mujer fotoperiodista de América, y como en tantas otras historias de pioneras, su vida no tuvo el mejor final.
El azar puede cambiar el curso de una vida. El azar y una voluntad perseverante, en el caso que nos ocupa. Porque Beals tuvo que agarrarse a un deseo y defenderlo contra viento y marea, consciente de que todas las convenciones sociales de su época jugaban en su contra por el simple hecho de ser mujer.
En 1888, con 17 años, la suerte quiso que Jessie ganara una cámara fotográfica por vender una suscripción a una revista de la época. Se trataba de una cámara pequeña y rudimentaria, pero aquel obsequió acabaría marcando el resto de su vida.
"Empecé a fotografiar cuando era maestra en Massachusetts, con una cámara pequeña que me había costado 1,75 dólares", rememoraba Beals en una vieja entrevista con The New York Times. "En una semana la había reemplazado por una cámara mayor, y en cinco semanas esa segunda cámara me había hecho ganar 10 dólares".
Beals pronto recibió su primera encomienda por parte de un periódico . Tenía que acudir a retratar la prisión estatal de Massachusetts. Y allí se plantó ella, con sus gafas redondas, con su lazo perfecto adornando su cuello, su falda hasta los tobillos y uno de sus llamativos sombreros, cargando con más de 30 kilos de equipo.


En aquella época, las pocas mujeres que practicaban la fotografía lo hacían desde la seguridad del estudio. Beals era distinta: a ella lo que le atraía era la calle, salir con su cámara a retratar el mundo, su gente, sus penurias y sus sucesos.
Cuando fue contratada como fotógrafa de plantilla de dos diarios de la época, Jessie Tarbox Beals se convirtió en la primer mujer fotoperiodista profesional de Norteamérica.
Sirvan estas palabras suyas, sacadas de una entrevista fechada en 1904, como ejemplo de lo inusual que era su figura entonces:
" La fotografía para periódicos como vocación de mujeres tiene mucho de innovación, pero es una práctica que ofrece grandes incentivos en la forma de intereses y también de beneficios. Si uno es poseedor de salud y fortaleza, tiene un buen instinto por las noticias... un equipo fotográfico adecuado, y la habilidad para buscarse la vida, persuadir y chanchullar, que es la cualificación más necesaria, entonces uno puede ser un fotógrafo de noticias".
Con el tiempo fue orientando su objetivo hacia los temas que le eran de más interés, a menudo causas sociales que demandaban reformas: la educación y la pobreza infantil, el problema de la vivienda, los primeros albores de espontaneidad feminista. También la vida bohemia del Greenwich Village neoyorquino, barrio donde llegó a regentar un salón de té y una pequeña galería de arte, y al que dedicó centenares de fotos que hablan de un despertar para la mujer.

Los últimos años fueron duros para Beals. Toda una vida de trabajo precario, siempre cargando con cámaras pesadas, la dejaron rota y casi indigente. Acabó postrada en la cama, sin apenas poder moverse. En sus últimos días fue acogida en el ala de caridad del Bellevue Hospital de Nueva York, donde murió sola en 1942.
Su mirada siempre fue de mujer. La de una mujer atrevida, infinitamente curiosa, que nunca achantó ante los obstáculos de género de la época que le tocó vivir. Muchas de sus mejores fotos acabaron perdidas para siempre (en su última etapa, Beals simplemente se vio demasiado pobre como para poder seguir almacenándolas), pero nadie podrá negarle su lugar en la historia. 








Fuente: Playground Noticias